Sobre el concepto generalizado de flor y al hablar de ellas, nuestra mente nos lleva a ver colores y formas de lo más variado y desde las monumentales flores de los magnolios, a las más diminutas como las de las salvias o las verónicas. Dentro de este enorme espectro multicolor siguen quedando una gran multitud de plantas cuyas flores nos pasan desapercibidas, en la mayoría de las veces por ser de color verde y confundirse con el incipiente brotar de hojas en primavera.
La mayoría de las plantas cuyas flores nos pasan desapercibidas, suele ser generalmente porque su polinización no se realiza a través de los insectos (entomógamas) y en consecuencia no precisan vestirse de colores, suelen ser plantas que utilizan el viento como sistema de transporte de su polen (anemófilas), un ejemplo claro de estas plantas son los álamos, olmos, pinos, avellanos, moreras, sabinas (a las que dedicamos un capítulo especial en monumentos naturales), abedules, almeces o litineros…… y todas las gramíneas.
Foto pepenosela: Detalle flor del Litonero con sus bigotes (Celtis australis).
Aquí los amentos masculinos de un nogal negro. En este árbol las flores masculinas y femeninas están diferenciadas. Las masculinas producen polen y las femeninas sacarán adelante el fruto, la nuez.
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El esfuerzo que ahorran en vestirse de colores lo gastan en producir enormes cantidades de pólen. (Esta primavera por haber sido extraordinariamente seca, los niveles de pólen han descendido de forma considerable, así que supongo que los alérgicos habrán tenido menos problemas).
Foto de la flor femenina del chopo negro y en cuanto madure (dentro de poco), inundará el aire de vilanos blancos (son semillas y no polen como cree la gente).
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