miércoles, 23 de septiembre de 2009

Cuaderno de Campo - ¡Hazte uno este otoño!-

Un Cuaderno de campo es un pasatiempos estupendo.
Que nadie se piense que es necesario conocer el nombre de todo cuanto ve, ni ser un gran biólogo o geólogo, lo importante es tomar nota de aquellas cosas que por una razón u otra nos puedan llamar la atención.
Material necesario:
Simplemente con una libreta y un lápiz, una cámara digital que sea capaz de hacer fotos, una pequeña navaja y una pequeña lupa “cuentahilos”, suficiente para empezar nuestra aventura (los prismáticos los dejamos para mas adelante, junto con la inseparable guía de aves).

Donde:
Con la excusa de manejar la cámara de fotos, bastará con dirigirnos a cualquier lugar donde haya vegetación. Puede ser desde los parques de nuestros barrios, algún campo yermo, hasta una recomendable zona próxima al cauce de algún río o arroyo (allí hay mucha mas vida).

Foto de almendras roidas por ratones sobre la propia rama, en un almendro de Nalec (Lérida).

¿Qué hay que hacer?
Poner nuestro cinco sentidos en marcha: Mirar todo cuanto nos parezca interesante, distinto al resto, desde el suelo al cielo. Escuchar todos los posibles sonidos que puedan oírse e intentarlos distinguir unos de otros. Tocar las distintas hojas de árboles para ver si son lisas o rugosas, detectar si los márgenes de las hojas son cortantes….. y tener mucha paciencia y curiosidad.
Todo con el objetivo de detectar el mayor número de seres animados o inanimados que existan en la zona.
Un ejemplo:
Los datos que a veces resultan insignificantes pueden tener un gran valor cuando somos capaces de interpretarlos adecuadamente. Un pequeño ejemplo: El otro día andaba por con mi nueva cámara, mi lupa de bolsillo y la navaja, por un bosque que se había incendiado este mes de julio. Quise ver como evolucionaba la zona quemada y que nuevos indicios de vida había en la zona. Los resultados fueron muy fructíferos y esto no suele ser lo normal, pues la mayoría de las veces vuelves a casa con muy pocas cosas nuevas.

Encontré los restos carbonizados de una culebra junto a un murete de piedra, las encinas abrasadas en su parte aérea, empezaban a rebrotar, aun a pesar del duro verano que han sufrido.
En una isleta boscosa salvada de las llamas, lo más sorprendente: Un puñado de plumas dispersas, que mirándolas detenidamente, supe que el pájaro al que pertenecían las plumas (y que no he conseguido identificar), había sido devorado por una rapaz (las plumas estaban arrancadas detenidamente y no mordidas como hacen los zorros, gatos monteses, tejones u otros cazadores terrestres del bosque). La alegría fue encontrar un par de pequeñas plumas del cazador, que me indicaron que se trataba de un azor.
Foto de los restos de plumas encontrados.

Fotografié la escena y recogí para el cuaderno, algunas plumas del cazador y su víctima. Apunte la fecha y la zona en la que lo encontré. ¡Y , ya está! A veces cuando repaso el cuaderno, me dedico a añadir algún dibujo o colorear algún detalle o pegar alguna foto.
Beneficios:
TODOS. Aprenderas a pasar unos magníficos ratos rodeado de naturaleza. Conocerás muchas cosas y te sorprenderás de muchas mas. ¡ Hazte uno!

domingo, 6 de septiembre de 2009

Las semillas de la memoria (1)

Ahora que empieza el curso escolar aprovecho para escribir algo que hace demasiado tiempo llevaba en la cabeza:

Los tiempos avanzan que es una barbaridad y las nuevas tecnologías nos brindan un sinfín de comodidades, que como cualquier producto que se precie, tiene sus efectos secundarios.

Ya no es necesario recordar los números de teléfono, van todos en la tarjeta SIM. Ya no es necesario saberse orientar, con un simple “Tomtom” (¿lleva mensaje subliminal la marca ésta?) acoplado a la pantallita del coche, suficiente para llegar a buen puerto. No hace falta aprenderse demasiadas fechas históricas o vida y milagros de autores, pintores, filósofos, inventores…, sólo es necesario darle al buscador de turno para que nos lo encuentre en los revueltos mares de Internet. ¿Gramática?, con cuatro palabras mal escritas y otros cuatro símbolos, uno envía cualquier mensajes sin preocuparse de mas.











Consecuencia de todo esto: nuestra memoria y nuestro vocabulario se debilitan más de la cuenta.
A nuestra mente le dejamos el ya y el ahora. El ritmo de nuestra vida se acelera mas y mas y como no podía ser de otro modo, lo trasladamos a nuestros hijos, que lo multiplican a un ritmo espectacular, con lo que su capacidad de concentración al igual que toda nuestra memoria se diluye como un pámpano de hielo sobre la arena de un desierto. Desierto que avanza sobre nuestro cerebro de forma alarmante a la velocidad del Siroco.



Realmente asusta el hecho de no recordar determinados hechos o situaciones (que no es poco) y a lo que denominamos CULTURA, pero más desalentador es el hecho de ir perdiendo la palabra. Las conversaciones reducen su discurso por miedo a perder a su interlocutor, carente de bastante concentración, y el contenido pivota sobre un exiguo léxico, que por ello contiene bastantes: “ el este…, esto...¿cómo se llama?, ¡Bueno, tu ya me entiendes!, ja, ja, ja”.


La suerte es que el hombre creo el lenguaje y después la escritura y con la escritura los libros. Los libros son la semilla que cuando arraiga empieza a brotar y así, crece el placer, la curiosidad, el estímulo, el pensamiento crítico…Como hojas del árbol de nuestra sabiduría, generan una sombra propicia para el desarrollo de nuevas semillas y de esta forma aparecen los bosques del conocimiento y del entendimiento, capaces de retroalimentar nuestra memoria y nuestra inteligencia.

¡Siembra libros y recogerás revoluciones!

jueves, 3 de septiembre de 2009

Montes y campos que no pueden llorar.

Estamos pasando uno de los veranos mas secos que recuerdo desde lo años 90. Ningún temporal que con sus aguas, alivie la sed de millones de plantas sobreviviendo o dejando su último aliento de vida sobre hojas ya resecas.


Foto de pepenosela de un castaño de indias, pasandolo bastante mal y suerte que tiene riego.

El monte era y es un polvorín. En unos casos la propia Naturaleza y en otros la naturaleza destructiva de los pirómanos, han hecho que en Aragón este año haya sido unos de los mas trágicos en cuanto a incendios, con mas de 20.000 Has. de monte abrasadas.



Sobre este asunto poco hay que añadir, pues en marzo del 2008 ya comentaba cual hubiera sido una solución parcial a la crisis del ladrillo o Plan de Empleo F de “Fuego” – cuadrillas de desempleados limpiando y preparando el monte para evitar, lo a veces inevitable, pero en cualquier caso reducir el tamaño de los incendios. El incendio del campo de tiro de San Gregorio que acabó con mas de 5.000 has: ¿Cómo es que no tenía un perímetro limpio de árboles y arbustos de 10 metros de ancho? ¡Increible!

Los agricultores que viven del tiempo, han visto como grandes pedregadas acababan con sus cosechas o cuando una lluvia desmedida anegaba sus campos y con ellos sus cultivos o la preparación de los barbechos para la nueva siembra de este año, se comía el acero de sus arados a golpe de polvo.

Hemos tenido que dar de beber a las abejas para que no murieran y al menos abrir un paréntesis hasta el otoño, pero sino hay agua tampoco hay flores y si no hay flores no hay alimento para éstos insectos, así que también ha sido necesario darles de comer de sus propia miel de años anteriores para evitar su muerte.

Y como a las abejas, a los sufridos olivos ha sido necesario darles de beber para evitar su muerte.


Foto de Marta y Carlos regando olivos en agosto.



Ni el monte ni el campo tienen una mísera gota de agua para llorar, guarda su impotencia en el interior de retorcidas raíces y resecas arcillas que se agrietan formando pequeñas bocas que suplican al cielo ¡Agua! , y al hombre que lo pisa le pide que no siga especulando con el.