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miércoles, 14 de noviembre de 2012

PLANTA DEL TERCIARIO QUE HABITA SÓLO EN ARAGÓN


El otro día leía un artículo del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) sobre la “Borderea chouardi”, una planta descubierta en 1951 (hace nada), en los escarpados acantilados del valle oriental del Pirineo aragonés y me encantó el estudio.

Borderea chouardi
No solamente es increíble que una especie tropical haya permanecido viviendo con nosotros tantos millones de años, si no la forma en que completa su ciclo vital. El vivir en acantilados le ha salvado de estar libre de depredadores herbíboros y humanos y de la dinámica asociada a los cambios de clima, pero supone un problema muy serio a la hora de propagarse, puesto que sus semillas precipitadas al vacío hubieran acabado con su existencia y aunque las plantas hembras realizan la auto-siembra en grietas cercanas, el porcentaje de éxito está en torno al 10%.

Detalle de la polinización de la flor femenina
Las hormigas han sido la clave de su supervivencia. Se produce un doble mutualismo, donde la planta se sirve de un tipo de hormigas: 'Lasius grandis' y 'Lasius cinereus' se encargan de realizar la polinización de una a otra planta y  otra clase de ellas, las “Pheidole pallidula” dispersa las semillas en otras grietas distantes de la planta madre.

Ejemplares de hormigas "Pheidole"
Este tipo de mutualismo, como destaca la investigadora María Begoña García, del Instituto Pirenaico de Ecología, es muy raro en la naturaleza. Aunque la especialización sea tan elevada y frágil, puesto que si desaparecen las hormigas la planta acabará por extinguirse, hay que destacar que esta planta puede vivir hasta 300 años.

Esta planta es dióica y eso es un nuevo obstáculo (o no), es decir, hay plantas macho que producen el pólen y plantas con flores femeninas donde tienen que llegar a ser fecundadas por las hormigas. Sin duda debe de existir un equilibrio de sexos en la población para que la planta siga propagándose (aquí seguro que hay una buen tema para estudiar).

Borderea pyrenaica junto con Galium, es otra especie emparentada.
Foto gentileza de Jose Vicente Fernández Palacio
 La Ramonda miconii (oreja de oso) y estos dos tipos de Borderea (pyrenaica y chouardi), son los fósiles vivientes de una época anterior a las glaciaciones.

Más información sobre su protección AQUI, publicación del artículo (en inglés) AQUI


miércoles, 2 de julio de 2008

Flores cantarófilas:Coleópteros para los magnolios.

La diversificación de las Angiospermas y de los insectos se produjo al mismo tiempo (co-evolución). El polen de las flores entomófilas (fecundadas por insectos) presenta púas, espinas, irregularidades que facilitan la adhesión, cemento polínico o hebras de viscina.

Foto de polen de plantas entomófilas.

Las flores del Magnolio son cantarófilas, es decir, dispuestas para ser fecundadas por coleópteros. Son las más primitivas, son flores poliníferas, es decir que ofrecen polen como recompensa, tienen muchos estambres que producen polen en exceso, también pueden ofrecer deliciosos pétalos carnosos, como es nuestro caso. Son flores rotáceas, fácilmente accesibles, robustas, verdosas o blanquecinas, fuertemente olorosas.
Los coleópteros, con sus fuertes mandíbulas masticadoras, además de comer las anteras, destruyen frecuentemente diversas partes florales, por esta razón los óvulos de las flores cantarófilas están profundamente ubicados.
Foto pepenosela de escarabajo sobre una flor de rosa silvestris. El vientre del escarabajo se llena de polen que ira a polinizar otra flor.

Las magnoliaceas son plantas que llevan en la tierra más de 90 millones de años, que se dice pronto. Sus flores son angiospermas (flores vestidas – sépalos, pétalos), y son flores que han evolucionado para ser polinizadas por insectos (este sistema de polinización cruzada, favorece la diversidad y en consecuencia la capacidad de adaptación al medio).
Como por aquel entonces no existían todavía las abejas, crearon flores para ser polinizados por los escarabajos (coleópteros). Aunque estos no son muy buenos polinizadores, por tener elitros duros y lisos y un aparato bucal masticador. Por todo ello las flores de los magnolios son fácilmente accesibles, de gran tamaño, pétalos carnosos y con una gran cantidad de pólen en su interior.

martes, 12 de febrero de 2008

Recuperar frutales de antaño

El otro día me preguntaba un visitante del blog, como podía hacer para recuperar algunas especies de frutales de su zona, de los cuales se van perdiendo por la entrada de variedades comerciales y principalmente porque en la actualidad ya no hay gente en la zona que se dedique a su mantenimiento y menos a su propagación.

Foto: Pepenosela

En la actualidad. quien desea poner frutales, sólo tiene que acudir a un vivero, donde allí encontrará un gran número de especies de frutales con multitud de variedades. El asunto es que en los vivieros únicamente le van a servir especies de alta producción y que son las que reclaman los grandes compradores - los fruticultores -. La lástima es no poder encontrar las especies de frutales que cuando éramos crios nos daban a comer nuestras madres.
Existe actualmente un empeño por parte de bastante gente, aficionada a la jardinería o a la fruticultura, que sí busca estas especies en peligro de extinción. En la montaña siempre han existido cerezos, manzanos, perales..., que aun no siendo muy productivos, se han sabido aclimatar a condiciones muy adversas. Son en general especies muy rústicas.
La forma de recuperarlos es buscando en los antiguos huertos o caminos de nuestros pueblos estos ejemplares a propagar. Es necesario ver si tienen rebrotes, esto facilitará su propagación (en este caso descalazamos la base del frutal, intentando no dañar en demasia sus raíces y sacando el rebrote para trasplantarlo al lugar que deseemos).
En el caso de que tengamos el árbol vivo, durante los meses de mayo a agosto, podremos cortar las ramas del año y realizar su multiplicación por estaquilla, es decir, cortamos un trozo de rama y esta la hacemos enraizar en un sustrato (suelo) adecuado. En general funciona bastante bien el tomar la punta de un brote de buen calibre, de una longitud de unos 20 centímetros, donde deshojaremos 2/3 de su longitud, que será esta la parte que irá metida en tierra posteriormente y dejando la punta del ramo al exterior. En necesario que ésta no se seque y para ello habrá que pulverizarla bastante a menudo con agua, hasta que veamos que las yemas laterales empiezan a brotar.

Esto contado tal y como lo escribo, resulta bastante fácil, pero la relidad es que no siempre conseguimos que las estaquillas lleguen a prender, pero esto no debe desanimarnos, pues posiblemente no lo hayamos realizado en el momento adecuado o no hayamos tenido en cuenta algún detalle importante.
Si hay alguien interesado en este asunto, que no dude en hacer su comentario, que yo estoy dispuesto a asesorarle en todo cuanto pueda.

Me parece estupendo que haya gente interesada en recuperar especies semi-perdidas, eso si, hay que tener paciencia y ser constantes en el asunto. El día que consigues propagar un arbolillo, te conviertes en el ser más feliz del mundo.