jueves, 3 de marzo de 2016

COTORRAS ARGENTINAS. UNA PLAGA PARA ZARAGOZA


Hace más de 30 años que se tiene constancia de la presencia de la especie cotorra argentina (Myiopsitta monachus) en la ciudad de Zaragoza. En los años 80, coincidiendo con la importación de ejemplares de esta especie a toda Europa, comenzaron los primeros avistamientos. En 1984 se observó la primera pareja criando.
Esta cotorra originaria de sudamérica se ha extendido muy rápidamente en España. Su rápida proliferación se debe principalmente a su gran adaptación al medio, principalmente habitats urbanos de la zona mediterranea y del interior y la nula existencia de depredadores naturales. Algunos observadores hablan del halcón peregrino, que también vive en nuestra ciudad, incluye a la cotorra en su alimentación, pero en unas cantidades muy pequeñas.
Foto cortesia de mamapachana.com
Durante los primeros años de expansión, se podían contemplar como una curiosidad incluso atractiva, dado su bajo nivel de población.

La población fue creciendo, los grandes nidos de aves gregarias en palmeras, plataneros y otros árboles fueron apareciendo. La población actualmente alcanza cerca de los 1.400 ejemplares. La cotorra se ha convertido en una plaga y los daños que causa no pasan desapercibidos.

No sólo los grandes nidos representan una amenaza para los transeúntes y vehículos dado su gran peso. Los campos de cultivo de maíz de los barrios rurales cercanos a Zaragoza empiezan a ser habituales. Así como zonas de huertos y frutales.

En cuanto a los árboles ornamentales, estos sufren la eliminación de su corteza en las partes mas jóvenes, así como la eliminación de las yemas que devoran con gran afán, situación que hace poner en peligro la salud de estas plantas, parte de las ramas se van secando, los puntos de crecimiento (las yemas comidas a finales de invierno) no existen y producen crecimientos anormales en los árboles.
Rama de morera totalmente descortezada y que se secará.
Trozos de la corteza acumulados en el suelo


Desde el año 2006 la Unidad de los Agentes Forestales del Ayuntamiento de Zaragoza  realiza un seguimiento y control de la especie con objeto de controlar su expansión y minimizar los daños. El método que se ha mostrado más eficaz para su control ha sido la esterilización de puestas mediante la perforación de los huevos y su posterior devolución al nido, para evitar una segunda puesta de sustitución.

Foto cortesía de Angel de Castro.

Se ha convertido en una especie invasora que está extenida por todo el mundo y desde el año 2003 está prohibida su cría y comercialización.