Desde hace 38 años se viene desarrollando a nivel institucional el Día de la Tierra, un día que pretende al menos una vez al año concienciarnos con los problemas que hacen de nuestro planeta Tierra un lugar cada vez mas frágil y mas amenazado en aras de un desarrollo desmedido.
Es el día de nuestro hogar, de nuestro refugio, de nuestra tierra, de todo cuanto somos y seremos. Un día que debiera concienciarnos el resto de nuestra existencia para tomarnos en serio una Tierra amenazada por la desertización, por la contaminación de todo cuanto nos rodea (aire, tierra, agua).
Estoy seguro de que todos somos capaces de poner nuestro granito de arena y también de que algún día nuestros políticos y los de más allá, sean capaces de escucharnos y ver temblar su parcela de poder si siguen haciendo oídos sordos a sus ciudadanos.
Estamos aquí de prestado y aun siendo conscientes de la necesidad de cuidar el medio en que vivimos, se da la paradoja de no querer perder los privilegios y comodidades que los muchos avances tecnológicos nos suministran.
¿Qué hombre responde a tanto atropello?
El hombre que avaricioso encierra en sórdidos tesoros su sol ensangrentado, el hombre por el hombre brutalmente explotado, el hombre por el oro salvaje envilecido, lo que hace de nuestra hermosa Tierra una desvalida y del corazón un desalmado.
No nos puede el olvido vencer, tenemos y podemos hacer un mañana más hermoso y duradero.
3 comentarios:
eh! que te reinventas un poema ("El resentimiento") de Jaime Dávalos!
Son siglos de injusticia,
violentando la tierra.
Siglos de hambre y silencio,
rumeando la venganza.
El colmillo del odio
que se aguzó en la lanza,
buscando la revancha
del crimen de la guerra,
es la gula del oro,
que avaricioso entierra,
en sórdidos tesoros,
su sol ensangrentado.
El hombre por el hombre,
brutalmente explotado.
El hombre por el hambre,
salvaje envilecido,
lo que hace del hermano de patria,
un resentido,
y de nuestro grandioso país,
un rezagado.
Mucho Cafrune has cantado tú, eh? :-)
Tan cerca a cada momento, tan lejos tan a menudo...
y sin embargo, feliz, completa, entregada, nutricia.
Me uno a la celebración, me niego a su carácter anecdótico, anual.
Cada día, cada minuto, ojalá cada segundo... unido a Gaia.
Gracias Javier por tu ilustración literaria. La verdad es que al redactar el articulo, tenia el cuerpo revolucionario y me lancé por los derroteros de Dávalos. Se nota que está hecho con demasiadas prisas.
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