Flores diseñadas para determinados insectos

Estos días tenemos unos visitantes excepcionales, que al igual que todos los años, se dejan ver cuando llega la floración de un peculiar arbusto, llamado Phlomis fruticosa (también conocida como oreja de liebre o candilera), una labitacea con una flor muy especial. La corola de este arbusto, es grande, de color amarillo intenso, con dos labios; el labio superior está fuertemente encorvado en forma de casco aplanado lateralmente y bajo el cual se alojan los estambres (4 con dos de ellos un poco más largos).

Solamente insectos del tamaño de la abeja azul, son capaces por su peso y su envergadura de llegar hasta la base del cáliz para alcanzar el dulce néctar que ahí le espera. Esta es una adaptación especial de la planta al tipo de insecto que desea que la polinice.

El resto de insectos como la abeja común, moscas y otros, sólo pueden asomarse al interior de la flor y tomar algo de polen, porque no poseen la fortaleza necesaria para levantar el pétalo superior que actúa a modo de tapadera.
Si observamos la foto con detenimiento, se puede ver la parte superior del tórax de la abeja azul, con una especie de polvo blanquecino, que no es otra cosa que el pólen que la flor deja para que fecunde otras flores (polinización cruzada).

Foto de Pepenosela

Las abejas azules impresionan por su tamaño, pero al igual que sus otros congéneres, las abejas melíferas, son inofensivas mientras les dejemos tranquilas. Ellas van a por el rico néctar y no están para perder el tiempo en picarnos a nosotros, eso si, no les toques la moral que entonces la emprenderán contigo y no quisiera ni imaginarme lo doloroso que puede llegar a ser un picotazo de estas abejas.

las abejas azules, buscan árboles donde poner sus huevos y para ello perforan profundas galerias en los árboles para realizar su puesta y rellenar parte de las galerías con pólen para dejar alimento a su prole una vez hayan nacido.

En el caso de la foto tomada de Forestman, han invadido un olmo para anidar.

Foto de Forestman