En estos días los álamos o chopos blancos están dispersando al aire sus semillas, están formadas por una pelusilla blanca y se van desprendiendo de forma que, cuando sopla el viento, da la sensación de que esté nevando.
¡Que son semillas, no pólen como se cree!
La pelusilla blanca contiene en su interior las semillas del chopo, que tienen un tamaño diminuto, están diseñadas para ser esparcidas por el viento o por el agua (no hay que olvidar que los chopos los encontraremos en su estado natural cerca de ríos, embalses o cualquier otra zona rica en humedad de suelo).
Se denomina vilano o papus al conjunto de pelos simples o plumosos, cerdas o escamas que rodean a las diminutas flores que corona en frutos con ovario ínfero. Estas estructuras son homólogas al cáliz de cualquier otra flor y, de hecho, son una profunda modificación de los sépalos. El papus puede ser piloso, diminutamente barbado, o plumoso.
Seguro que habéis soplado un buen montón de veces las semillas del “Diente de león” y haber pedido un deseo, que se cumple cuando salen todas, esos son también vilanos.
Foto wikipedia de vilanos del Diente de León (Taraxacum officinale)
El caso es que la semana pasada me entretuve un buen rato en contemplar sobre un álamo (Populus alba) o chopo blanco, a una pareja de pájaros moscones, fácilmente distinguibles por el antifaz negro de su cara. Se me alegró el día. Es divertido ver el vuelo de estos pájaros, tienen una gran agilidad y realizan auténticas acrobacias.
Foto de Carles Pastor de un pájaro moscón.
El macho empieza a construir el nido tratando con ello de atraer a una hembra. Si ésta no llega, un macho puede hacer varios nidos seguidos. Cuando la hembra acude y el emparejamiento se produce, entonces ella colabora en la terminación del nido, pero es bien cierto que al no acudir las hembras muchos de ellos quedan incompletos.
Los nidos son elaborados precisamente con los vilanos del álamo (también utiliza otras fibras vegetales o animales, como la lana), árbol favorito para realizar sus nidos en forma de botijo.
¡Una perfectas obras de arte!, aquí os dejo una preciosa foto de Joan Guillamat.
Sigo con interés sus movimientos y este año espero detectar el nido para ver si hago unas bonitas fotos con el teleobjetivo.
Aquí se queda entrelazada la historia de un álamo, sus vilanos y un moscón, que aunque podría ser yo, esta vez es un pájaro de buen agüero: "Quién vea de su nido a un moscón, tendrá sombra cerca a mogollón".
3 comentarios:
pues yo moscones no he visto, bueno, los habituales, pero el otro día vi un montón de procesionaria por las faldas de la Peña Montañesa... aunque según el forestal de la zona no es de preocupar, son ciclos
¿Le viste a la montañesa la procesionaria por debajo de su falda? Uauuu ¿y el forestal te comento que eso era lo normal..?
Caramba con la montañesa, me tienes que llevar a verla.
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