sábado, 6 de junio de 2009

Alquimistas y Medioambiente


Ayer fue el Día Mundial del Medioambiente, como todos los días que se dedican a los grandes temas (el hambre, la paz, el sida, la igualdad, el trabajo, la infancia…) son todas ellas cuestiones que no debieran desaparecer de nuestra mente y eso significa poner de nuestra parte todo aquello que puede hacer más acogedor y humano este mundo.

No se trata de hacer grandes cosas, no hace falta. Nosotros, los habitantes de este gran país llamado Tierra, sabemos perfectamente donde poner nuestro granito de arena: Una sonrisa para quien nos mira, un oído que escucha, una mano que ayuda, un abrazo que nos rodea de cariño, dar sin esperar nada a cambio, una llamada para quien la espera,..La imperiosa necesidad de nuestra alma para querernos y por lo tanto para amar a los demás, genera la necesaria obligación de cuidar del espacio que nos rodea, es decir, de nuestro hábitat, que será la ciudad, el parque, sus calles, el aire que respiramos, la hierba que crece bajo nuestros pies.

Para cualquier persona de bien, le resulta sorprendente la bondad de las plantas, que por un poco de agua a cambio nos regalan la vista con maravillosas flores, árboles que nos ceden su sombra, nos dan frutos que nos alimentan, purifican el aire y son refugio de miles de especies de otros seres vivos que viven con ellos.

Todos sobre un mismo suelo, un mismo planeta Tierra, que se merece sin duda mas cariño del que le profesamos y que somos capaces de destrozar a cambio de un sudado puñado de dinero o incluso, la mayoría de las veces, a cambio de nada. Con esta última aseveración me refiero a los personas que podemos ponerles cara diariamente, es decir, a los que tiran la basura por la calle (papeles, colillas, plásticos, la caca del perro..), los que son incapaces de enseñarles a sus hijos el respeto por las personas y por la naturaleza, porque ellos son los primeros en pensar que lo que es de todos no necesita ser cuidado.
Luego esos niños crecen y te cortan media selva amazónica o te convierten un área natural protegida en una urbanización con campo de golf, o son los que piensan que el hambre es un mal necesario.

Yo sigo creyendo en la humanidad, en su capacidad de reacción, en su poder para luchar contra las injusticias diarias, en saber que la piedra filosofal no es aquella que transforma la roca en oro y otorga la inmortalidad (como aún siguen creyendo muchos), sino aquella que es capaz de hacernos felices cada día un poquito más y que evidentemente está dentro de nuestro corazón y debió ser el único lugar donde no buscaron los alquimistas.
Una mano para acriciar.(pepnosela)

3 comentarios:

Akaki dijo...

Qué cierto amigo.

Anónimo dijo...

Gracia Pepé por recordarnos que somos seres vivos y que formamos parte de este universo.
Te quiero por eso y por estar tan cerca y tan acertado.
Karma

samimi dijo...

Estoy contigo.