domingo, 4 de septiembre de 2011

Peñaflor. Un paseo por el monte


El otro día fuimos con mi compañero Jesús a Peñaflor, una pequeña localidad a unos 14 km al noreste de Zaragoza, junto al río Gállego. Queríamos ir a recoger semillas de sabinas para reproducir en la Escuela de Jardinería
Los estragos de este seco verano dejaban huella en todo cuanto nos rodeaba. Llegamos a un lugar que llaman el “Vedao” y en una caseta de agentes forestales dejamos el coche para emprender nuestro paseo.



Foto de un águila calzada, que deben de estar preparando su viaje de retorno con sus pollos.

Al empezar a caminar nos sorprendieron los reclamos de dos águilas calzadas que volaban sobre nosotros, llamándose constantemente entre ellas ¡Que recibimiento!




Foto de un milano negro, rapaz especialmente gregaria.
Estuvimos cogiendo los escasos frutos que el duro verano había dejado criar a algunas sabinas. Seguimos por campos abandonados apreciando los aromas de un monte plagado de romeros, sabinas, tomillos, albardines, lavandas, retamas, coscojas, pinos agotados por la sequía y el muérdago que les va chupando su escaso sustento y un montón de plantas capaces de sobrevivir en suelos cargados de yesos y sales y donde la sequía es una constante. Las plantas estaban en el límite hídrico de supervivencia – hacía años que no teníamos un verano tan seco-.

Foto de la Gypsophila hispánica. Una planta endémica en España y protegida, que pudimos observar en estos parajes

(Nos encontramos con otras muchas plantas singulares de las que prometo hablar en otro post, como  la Coronilla de fraile o "globularia alypum", Helianthemum, Limonium y un buen grupo de plantas que crecen sobre los yesos (sustratos gipsicos).



Al volver fuimos fijándonos más en los pájaros y dimos con cogujadas, colirojos reales, cornejas, un milano negro, un par de buitres al fondo y para terminar desde un gran pino salió un tremendo ejemplar de águila culebrera. Las rapaces son sin duda un buen indicador biológico de un ecosistema, o cabe duda de que este lugar promete.


 







Águila culebrera - fotos de la Fundación Migre y de Juanjo Aparicio
Estas águilas pueden alcanzar una envergadura de hasta 1,70 metros. No muy fáciles de observar.



Es increíble como en un lugar tan cercano a Zaragoza, con una masa forestal tan limitada, pueden habitar aves y plantas tan singulares y tan maravillosas.